ESTUDIO BÍBLICO INDUCTIVO
OBJETIVO. Conocer a Dios
Inductivo. Es un método científico que elabora conclusiones generales a partir de premisas particulares y parte de lo particular a lo general.
El Estudio Inductivo te brinda la clave para entender la Biblia, es un método que te lleva directamente a la Palabra de Dios usándola como la única fuente de información acerca de ella misma, diseñado para que puedas ver por ti mismo lo que dice acerca de Dios, de ti mismo, y de cómo llegar a ser parte de la familia de Dios para siempre. Comprende tres componentes: Observación, Interpretación y Aplicación.
Observación. Descubre qué dice.
Es la base para interpretar con exactitud y aplicar apropiadamente.
Empieza con oración.
Sin la obra del Espíritu Santo no será más que un método de estudio.
Haz las seis preguntas básicas.
Cultiva el hábito de preguntar constantemente ¿Qué? ,¿Quién?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Por qué?. Estas presuntas son los elementos básicos de una observación precisa, que es esencial para una interpretación fiel. (ver ilustración abajo)
Marca las palabras y frases claves.
Son esenciales para la comprensión del texto. A menudo se repiten a fin de comunicar el propósito del autor al escribir. Por ejemplo 1 Pedro 5, se emplea tres veces alguna forma de la palabra padecimiento (sufrimiento). Las palabras claves se pueden marcar usando símbolos, colores o una combinación de ambos.
Busca contrastes y comparaciones
En estos se emplea lenguaje sumamente descriptivo, que facilita la tarea para recordar lo aprendido. por ejemplo en 1 Pedro 5:8, "... Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar"
Elabora listas
La elaboración de listas es una de las herramientas mas útiles que hay para la interpretación de un pasaje. Las listas revelan verdades y resaltan los conceptos importantes. Por ejemplo 1 Pedro 5:2-3, contiene una lista sencilla para instruir a los ancianos en cuanto a cómo pastorear el rebaño.
Nota expresiones de tiempo
El tiempo en que ocurren los hechos, a menudo revela el verdadero sentido del texto. Marcarlas te ayudará a ver la secuencia de los acontecimientos y te llevarán a una interpretación fiel de las Escrituras.
Los temas de los capítulos estarán centrados en el personaje, el suceso, la enseñanza o el asunto principal tratado en esa sección de las Escrituras. Repasar las palabras clave y las listas que has elaborado te ayudará a descubrir esos temas.
Interpretación. Descubre qué significa.
Fluye de una observación cuidadosa. La Escritura se interpreta a sí misma.
Mientras que la observación lleva a una comprensión precisa de lo que dice la Palabra de Dios, la interpretación, por su parte, da un paso más allá y te ayuda a comprender lo que significa. Al procurar interpretar la Biblia con exactitud, encontrarás que las siguientes pautas te serán de mucha utilidad:
Recuerda que el contexto rige.
Una vez que hayas sentado las bases sólidas de la observación, estarás preparado para considerar cada versículo a la luz de los versículos circundantes, el libro donde se encuentre y toda la Palabra de Dios. Al estudiar, pregúntate: ¿es mi interpretación de una determinada sección de la Biblia congruente con el tema, propósito y estructura del libro en que se encuentra? ¿Concuerda con lo que dicen otros pasajes Bíblicos sobre el mismo tema? ¿Estoy tomando en cuenta el contexto histórico y cultural de lo que se dice?. Nunca saques un pasaje de su contexto para forzarlo a que diga lo que quieres que diga. Descubre lo que dice el autor; no agregues nada a lo que éste quiere decir.
Siempre busca todo el consejo de la Palabra de Dios.
Cuando conozcas a fondo la Palabra de Dios, no aceptarás una enseñanza sólo porque alguien haya usado uno o dos versículos aislados para respaldarla. Podrás discernir si una enseñanza es Bíblica o no. Tu mejor defensa contra la falsa doctrina es que la Palabra de Dios abunde en ti.
Recuerda que la Biblia no se contradice.
Recuerda que toda Escritura es inspirada por Dios. Por lo tanto, nunca se contradice. A veces, sin embargo, pudiera resultarte difícil conciliar dos verdades aparentemente contradictorias que aparecen en las Escrituras, como la Soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre. ¡No lleves una enseñanza a un extremo que Dios no la lleva! Simplemente humilla tu corazón en actitud de fe y cree lo que Dios dice, aún si no puedes entenderlo o conciliarlo en ese momento.
No bases tus convicciones en pasajes que no puedes entender con facilidad.
Como estos pasajes son difíciles de entender aun cuando se empleen los correctos principios de interpretación, no se deben usar como base para establecer alguna doctrina.
Interpreta las Escrituras literalmente.
Dios nos habló para que conociéramos la verdad. Por tanto, toma la Palabra de Dios en sentido literal, es decir, en su sentido natural y normal. Primeramente busca la enseñanza clara del pasaje, y no un significado oculto. Comprende y reconoce las figuras retóricas e interprétalas como tales.
Considera lo que dice cada autor a la luz del estilo literario que emplea. Por ejemplo, se encontrarán, más símiles y metáforas en la literatura poética y profética que en los libros históricos o biográficos. Interpreta los pasajes de las Escrituras conforme a su estilo literario.
Algunos de los estilos literarios que se emplean en la Biblia son: Histórico-Hechos; Profético-Apocalipsis; Biográfico-Lucas; Didáctico (enseñanza)-Romanos; Poético-Salmos; Epistolar (carta)-2 Timoteo; Sapiencial-Proverbios.
Busca el significado único del pasaje.
Al interpretar un pasaje de la Biblia, siempre procura entender lo que el autor tenía en mente. No tergiverses ningún versículo para respaldar una idea que no se enseña con claridad en el texto. A no ser que el autor de un libro indique que hay otro significado en lo que dice, deja que el pasaje hable por sí mismo.
Aplicación. Descubre cómo vivirlo.
El primer paso de la aplicación es descubrir lo que la Palabra e Dios dice sobre un asunto en particular, mediante la observación precisa y la interpretación correcta de un texto. Una vez que entiendas lo que enseña la Palabra de Dios, estás obligado ante Él a aceptar esa verdad y vivir de acuerdo con ella.
La Escritura siempre enseña lo correcto, nos muestra dónde estamos equivocados, cómo corregirlo, y nos instruye para vivir bien; para que seamos completos, totalmente equipados para toda buena obra.